Para que el funcionamiento de nuestra vitrocerámca sea correcto, la superficie de contacto del cristal con el recipiente que estamos utilizando debe ser perfecto. No hay que tener miedo a pasar la cuchilla de las rasquetas para eliminar los restos de suciedad, siempre que lo hagamos de la forma correcta.
No se trata de pasar la rasqueta para vitrocerámica en posición vertical como si quisiéramos cortar el cristal, hay que mantener siempre un ángulo fijo de entre 30 y 60 grados, para que la rasqueta elimine la suciedad superficial y no raye la vitrocerámica.
Como en todas las cosas, si buscamos lo práctico vale cualquiera de las que hay aquí, pero una rasqueta para vitrocerámica puede ser más útil si, por ejemplo, dispone de una zona de agarre más ergonómica que impida que se resbale de las manos.