Vitrocerámicas de inducción

Estamos en el futuro, la cocina es un centro de experimentación donde necesitamos espacios libres para manipular alimentos y cocinarlos. Las vitrocerámicas de inducción te lo ponen fácil, ya que no te pone obstáculos como fogones de gas o botones que sobresalen por encima de la encimera.

A todos nos gusta contar con la última tecnología para estar al día, pero no tiene porque ser complicada, las vitrocerámicas de inducción disponen de multitud de opciones, desde poder llevárnoslas a cualquier lugar con las vitrocerámicas portátiles, contar con 3 o 4 zonas de calor, una zona de mayor tamaño, o lo último en aparecer, la zona flexible.

Zona flezible

Lo último en incorporar las vitrocerámicas de inducción es una zona de cocción que se adapta al tamaño del recipiente, esta opción se ha llamado «zona flexible», que optimiza aún más la capacidad de ahorro y eficiencia a la hora de coinar.

Junto a esta nueva característica se ha incluido otra función que permite unir dos zonas de calor diferentes para poder utilizar recipientes más grandes, como una plancha o parrilla, y poder repartir el calor por toda la superficie de forma correcta. Estamos seguros que esta «función puente» es uno de los mejores avances que se podían incorporar a una placa de cocción y que con otros sistemas no habría sido posible incorporárlo.

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¿Por qué elegir una vitrocerámica de inducción?

Las vitrocerámicas de inducción se estám popularizando por la gran capacidad de ahorro de energía que consiguen al utilizar una tecnología que evita que se pierda calor al cocinar siendo más eficientes que las vitrocerámicas de resistencia eléctrica.

El calor se transmite de forma inmediata y no tenemos que esperar a que el recipiente empiece a coger calor para empezar a cocinar, una ventaja si vamos con prisa y tenemos que comer rápido. Es casi como un microhondas.

Son un poco más caras a la hora de comprarlas, pero si las usamos a diario conseguiremos amortizarlas en un corto periodo de tiempo, además, los recipientes y utensilios necesarios para este tipo de vitrocerámica de inducción ya no son tan caros y cuestan más o menos lo mismo que el resto de menaje de cocina.

No dispone de calor residual, por lo que una vez que la apaguemos dejaremos de cocinar lo que estemos preparando. Aasí podemos evitar accidentes involuntarios si tenemos niños jugando alrededor o ponemos alguna cosa encima como cubiertos metálicos o botellas de plástico, que pueden producir quemaduras o derrame de líquidos.

Si estás cambiando una cocina tradicional por una vitrocerámica de inducción te costará adaptarte un poco a la nueva forma de cocinar, ya que los recipientes se calientan de una forma diferente a la que conoces, pero seguro que terminas haciendo tus platos preferidos o creando algo nuevo.

Cómo funciona las vitrocerámicas de inducción

Aunque el ahorro energético que se consigue respecto a las vitrocerámicas radiantes llega a superar en ocasiones más del 50%, se produce por la mayor eficiencia y mejor control del calor y temperatura. Se consigue llegar a la temperatura necesaria más rápido y no se pierde calor al calentar únicamente el espacio que ocupa el recipiente que ponemos encima.

Pero la potencia necesaria para hacerlas funcionar es superior al de otros electrodomésticos, y por eso es necesario contar con un enchufe de fuerza para evitar recalentar el circuito eléctrico y que termine saltando los plomos por un chispazo innecesario.

¿Puedes colocarla en un enchufe normal? Por poder puedes, pero dependiendo de la antigüedad de la instalación podría resultar peligroso.

Adapta la vitrocerámica con un enchufe adecuado para evitar sustos innecesarios.

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Las vitrocerámicas de inducción funcionan gracias a unas bobinas que crean unos campos electromagnéticos que transmiten el calor, a través del cristal cerámico, directamente al recipiente que está encima. Este vidrio especial aguanta el peso y el calor necesarios para no romperse ni partirse.

Aunque el aspecto una vez instaladas son muy parecidas a las vitrocerámicas radiantes, es necesario utilizar recipientes con una base ferreomagnética que puedan atrapar los campos electromñagnéticos que provoca la vitrocerámica de inducción para poder calentarse. De esta forma se consigue una mayor rapidez en calentarse al ser el propio recipiente el que calienta los productos cocinados y no una resistencia que irradia calor.

Al ser el recipiente el que estimula la zona de calor de la vitrocerámica, solo se activa la superficie ocupada por el recipiente, evitando la pérdida energética del resto de la zona.

Para saber si los recipientes que tienes en casa son aptos para una vitrocerámica de inducción, solo tienes que colocar un imán en la base, si se pega podrás utilizarlo y si no, tendrás que desecharlo.

Como todo producto nuevo con instrucciones, es muy recomendable seguir las indicaciones de cada fabricante para empezar a preparar esas comidas tan ricas que compartiremos con los demás o disfrutaremos en tranquilidad.